domingo, 8 de mayo de 2011

OSAMA BIN LADEN


La noticia se presentó: “Osama bin Laden ha muerto”, "en unos más momentos el Presidente Barack Obama hará un anuncio especial". La nota informativa se dio casi a la medianoche, mandó a dormir algunos, unos salieron a festejar y otros más a debatir sobre el evento. El hecho era que “el paladín de la maldad”, responsable de tantas muertes a través de su organización Al-Qaeda, estaba muerto y su cuerpo en manos estadounidenses, que le respetaron su religión al darle “su velorio” musulmán. 

Cuando el Presidente Obama declaró ante los medios que el mundo era más seguro sin el terrorista número uno y más buscado por las agencias de inteligencia estadounidenses. No estaba escondido, supuestamente era simplemente una persona enferma, vivía con su familia en una villa cerca de Karachi, la capital de Pakistán, para ser abatido frente a ellos por soldados que tenían la licencia para hacerlo; inclusive, todos los miembros del batallón fueron condecorados por la acción. Que fácil abatir a una persona mayor, enferma, desarmada y sin posibilidad de defenderse para luego ser premiado, pero así es la “fuerza de la razón” o entrar en “razón a la fuerza”. 

Desde 1993 con el primer atentado a las Torres Gemelas en Nueva York, Osama había pasado a ser un recurrente de las agencias de inteligencia de los E.U.A. pero fue después del 11/9 cuando pasó a ser la encarnación del mal en el mundo terrenal, sin embargo, no se sabe en que momento dejó de serlo para nombrar a Sadam Hussein como su sucesor lógico. Después de su captura y posterior fusilamiento, otra vez bin Laden pasó a ser el malvado de la película, aún así, no podía ser ni fue capturado. El atentado de septiembre de 2001 fue solo el pretexto para invadir países del oriente medio para asegurar las reservas petroleras, no la consecuencia que hizo seguir criminales en dichos países. 

Desde los avionazos a los edificios más emblemáticos de Nueva York, los Estados Unidos ha montado un circo mediático al perseguir terroristas, al atacar células que buscan “dañar” los intereses americanos pero sin detener los actos violentos y criminales de estos grupos. Desde el 2001 Al-Qaeda no ha dejado de cometer atrocidades criminales, los actos terroristas no se han detenido y sobre todo los presupuestos de defensa siguen aumentando año tras año; o sea no había dado resultado alguno. ¿Entonces, de que se trata? 

La teoría es la siguiente: en el año 2000 George W. Bush había ganado una elección presidencial que fue tildada de fraude electoral y aún no podía tomar el poder al 100%. La economía americana estaba entrando a una recesión muy profunda y el crecimiento era nulo, era necesario reactivarla y ahí entra el concepto de guerra. Los E.U.A siempre han sido un país guerrero, donde su economía se ha basado en la guerra para hacer un país sólido con cimientos financieros no fáciles de tirar. Por ello la industria militar es un pilar de una economías más importantes del mundo, necesitaban guerrear para ponerla en marcha y reactivarla para mantener un crecimiento, situación que ya se había detenido para el momento de los atentados.. 

El 11 de septiembre de 2001 las cosas cambiaron, en menos de 72 horas después de los atentados entraron en un conflicto bélico con Afganistán y su gobierno talibán “protector de terroristas”, unos meses después fue Irak y su tirano Sadam Hussein como blanco de guerra. Habría que aclarar que entre los dos países poseen reservas de petróleo superiores por mucho a las que posee Estados Unidos. Así había dos botines de guerra: el país en si y los negocios que la industria militar de ls Estados Unidos podía explotar y el más importante, asegurar los barriles de petróleo que su economía necesita, una manera muy sangrienta de revivir su economía. Ni hablar del saqueo arqueológico y artístico que sufrieron los dos países.

Así la reactivación mediática al momento de la muerte de Osama bin Laden el pasado dos de mayo de 2011. Veamos, primero que nada la declaración de Obama ante el hecho, casi a la medianoche pero con transmisión en vivo por los medios tradicionales e internet. Luego la polémica sobre su cadáver cuando en primera instancia “colaron” a la red una serie de montajes que no eran parte de la realidad, finalmente la declaración “de no mostrar el cuerpo” y “que fue tratado con respeto al Islamismo”; religión satanizada desde el 2001. Finalmente, el convivio con las tropas vencedoras de haber derrotado al emisario del mal en la tierra que hace ver el evento como un acto festivo en lugar de político. 

¿Quienes son los ganadores? Muy fácil, los medios de comunicación, ya que los ratings han subido en los programas retrospectivos sobre los atentados de Al-Qaeda, de la vida e intentos de captura de Osama, de su captura y muerte, sobre todo la repetición sin fin de los atentados en el World Trade Center, hasta números especiales de revistas impresas y otras cosas más con ganacia para las empresas de comunicación. Ni hablar de las compañías de la industria militar que han acrecentado su plusvalía gracias a todos los eventos suscitados posteriormente al 9/11. Ahora serán los medios de comunicación quienes apoyaran el resurgimiento de la economía estadounidense ya que por el momento parece no haber guerra en futuro cercano. La economía necesita de donde alimentarse, ya que no ha podido recuperarse de la gran caída que sufrió en 2007 – 2008. De seguro lo harán apuntalados en su icono favorito: Osama bin Laden.

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