En México un compadre o una comadre es el resultado lógico de una amistad bien sólida entre familias amigas, misma que se ha conformado a través del tiempo, así es como se crea un “lazo familiar” entre ellas: el compadrazgo.
Así en la política cuando amigos, compañeros de partido, cómplices pues, han incurrido en caminos a los que su asociación los ha llevado. Los lazos de Miguel Ángel Yunes y Elba Esther Gordillo, así como sus extensiones con el panismo que gobierna son del todo conocidas, incluso por lo sólidas podríamos hablar de un compadrazgo.
Desde aquel lejano 2003 cuando Elba Esther se conmino a negociar con el panismo de Fox desde la coordinación del grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, como su salida del partido y la formación del Partido Nueva Alianza (Panal). En esos tiempos Miguel Ángel Yunes fue uno de los que la acompañó en ese camino hasta el final, tan fue así, que ella lo colocó al frente de la SSP federal cuando falleció el Secretario Ramón Martín Huerta.
Él era uno de los personajes visibles del Gordillismo dentro del Gobierno Federal, pero también tiene su propia historia como Secretario de Gobierno en Veracruz durante el mandato de Patricio Chirinos donde hizo su propio imperio político que le alcanzó para ser dirigente estatal del PRI. Pero no, cuando se peleó Elba Esther con el PRI, él la siguió como diputado “independiente”, que luego se integró a la bancada del PAN.
No solo eso, era un personaje sostenido por la Presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) cuando sacó tanques y personal militar para proteger el penal “El Altiplano” de una “invasión” para liberar a los presos ahí recluidos.
Ahora resulta que por “problemas de comadres” comienzan a “sacarse sus trapitos al sol” al hacer declaraciones que van más allá de la desfachatez y el cinismo. Primero: hablan de millones de pesos como si fueran las cantidades que normalmente manejan y todos ellos parte del erario público, del presupuesto de la nación. Segundo: señalan actos políticos que, entre varios más, han sido culpables de la debacle que tenemos como país, como sociedad; porque sus transas y abusos se ven reflejados en el estado de la nación. No hay nadie que les ponga un alto o comience investigaciones sobre los dichos.
Ahora, ya se involucró Felipe Calderón, sin embargo, es por todos muy sabido que si el panismo no hubiera negociado con Elba Esther hubiera sido otra la relación; pero la amistad presidencial a permitido que ella sea parte (poderosa) de las estructuras de poder y con ello comadre de las políticas presidenciales. Es desde la Presidencia misma que cuenta con la defensa de sus fechorías políticas, sindicales y vayan a saber de que más.
Por ello todas estas peleas y declaraciones “temerarias” entre Elba Esther, Yunes y Calderón no son más que un pleito entre unas alegres comadres que ventilan sus problemas ante la opinión pública nacional. Al fin y al cabo estamos en el país del nunca pasará nada.
lunes, 1 de agosto de 2011
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