Sí cualquier ciudadano común y corriente durante un día de la semana se distrae de sus labores por las cuales devenga un salario para salir y ejecutar otras acciones diferentes a sus responsabilidades puede tener un grave problema. En el caso de ser reincidente, sobre todo posterior a ser amonestado por su actitud, lo más probable es que pierda el empleo.
Sí cualquier trabajador normal toma recursos (de cualquier tipo) de su empresa para ser usados en actividades diferentes a sus obligaciones, inclusive si lo hiciese fuera de la misma organización que representa, puede ser despedido ipso facto o incluso llevado ante las autoridades judiciales.
Sin embargo para los políticos mexicanos, incluyendo a los gobernantes, esto no aplica en ningún sentido; porque aunque hayan sido nombrados en funciones que en la Constitución Política están muy claras y delineadas, siempre distraen su atención en eventos ligados a sus aspiraciones; pero no para cumplir con su trabajo encomendado cabalmente.
Vemos como muchos funcionarios públicos en funciones ya tienen montadas sus campañas de proselitismo, aunque de ninguna manera se les puede llamar así porque simplemente la ley lo prohíbe. El año electoral comienza hasta octubre y las precampañas hasta diciembre, es evidente que distraen su atención de las responsabilidades a cumplir; sobre todo por el salario que se les paga, que no es cualquier cosa.
Ejemplos hay varios, como el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Ernesto Cordero, quién se reunió con alcaldes y gobernadores del PAN durante actos (cena se les llamó) en día hábil. Hay acciones más burdas como las de Marcelo Ebrard de ir a los programas matutinos de televisión, dirigidos a amas de casa por pasarse durante la mañana de los días hábiles, para cocinar junto con los chefs-presentadores.
Más desfachatez tienen quienes con recursos públicos apuntalan su imagen a través de la compra de espacios propagandísticos en diferentes medios, sobre todo en espectaculares, carteles, entre otros más que generan contaminación ambiental, visual y de tránsito. Eso es cinismo e impunidad de estos políticos que solo sirven para saquear el presupuesto de la nación, porque en condiciones normales ya hubieran perdido el empleo.
Yo espero que ya venga un alto total a estos abusos que inciden directamente en la pobreza existente en el país al saquear recursos que pueden ser destinados para atacarla frontalmente; cuestión que puede durar algunas décadas.
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