Todo era normal hasta ese momento. La rutina diaria se estaba completado sin prisa y aburrida como siempre, la discusión con Ramiro era cosa de todos los días ya ni valía la pena enojarse. Pero ahora caminaba por la calle regresando a la oficina, debía entregar los documentos rápidamente, esa era la orden y así habría que cumplirla. Ahí fue cuando me percaté de su presencia, estaba parado frente a la entrada y me pareció ver a Ramiro en sus mejores tiempos.
Ni me peló y yo tampoco a él, simplemente entré al edificio y el di la espalda sin más. Me emocioné, ya tenía tanto tiempo de no respingar así por un hombre, de inmediato me llegaron a la mente todas las noches que pasé viendo la espalda de Ramiro. No me importó tener esos pensamientos, estaba tan descuidada, además tenía tiempo que había dejado mis perversiones atrás. Pero el fulano ese me alborotó y más cuando lo vi entrar a la oficina acompañando al Gerente de Ventas, nos lo presentó, era un viejo amigo y venía de visita, su nombre: Éstefano.
Ahí se acabó la rutina y sentí que mi corazón decía que Éstefano era un motivo más para que mis fantasías volvieran a volar, era indudablemente que algo sentía por esa figura humana. Cuando salió de la oficina del Gerente hubo un intercambio, provocado por mí, sus ojos se encontraron con los míos y él entendió a la perfección, tanto que me hizo una indicación de que esperaría abajo del edificio. No ya sabía que era un buen momento de regresar a mis deseos, a mis fantasías pervertidas; mismas que todos tenemos, no conozco a nadie que no las tenga.
Así fue como Éstefano y yo nos encontramos, el preámbulo fue rápido… una caminata, un café y luego… bueno cada cosa tiene un lugar. Al llegar todo iba normal, el disfrute era, hasta cierto nivel, indescriptible. En ese momento salió la hembra que hay en mí y así comenzó todo. Simplemente lo tomé por el cuello y no solté sino hasta que estaba completamente satisfecha. Él yacía muerto sobre la cama sin saber que por ello mi esposo no me entendía, mi perversión personal no la practicaba con mi marido.
lunes, 21 de diciembre de 2009
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