martes, 28 de junio de 2011

Un fax, la misma corrupción

El jueves 17 de junio por la tarde el programa deportivo Los Capitanes de la cadena de televisión  internacional ESPN trasmitió los nombres, así como los niveles de clembuterol que tenían en el organismo los seleccionados nacionales separados de la Copa Oro 2011, datos  avalados por un fax enviado desde la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

No es mi intención hablar sobre la culpabilidad o no de los jugadores, si deberá (que la habrá) una sanción o deben ser exculpados, tampoco de si es suficiente la cantidad de partes por millón o no para tener un mejor rendimiento deportivo.

Creo que los problemas son otros que deben saltar a la vista porque tratan de ser ocultados o se transparentan por costumbre mexicana y no son visualizados en su justa dimensión

Todo comienza con una pregunta: ¿quién filtró el fax a ESPN?, es una costumbre añeja en el periodismo recurrir a fuentes confiables, por estar dentro de una organización o institución, quienes proporcionan información fidedigna a los responsables de difundirla; en este caso la Federación Mexicana de Futbol (FMF).

Lo que se puede observar como acierto de una profesión desenmascara la realidad de la sociedad mexicana porque, seguramente, por unos pesos entregaron ese documento enviado desde la UCLA a la compañía de información deportiva.

Quizá no esta mal una acción así, pero si es contraria a la filosofía del protocolo de pruebas antidopaje donde no se puede revelar nombres de los examinados, sin embargo aquí se dio el documento con números de identificación junto a los nombres correspondientes.

Como vemos, se configura un acto más de corrupción, ya que al salirse de los protocolos internacionales no solo se entrega un documento que al ser anónimo no representaba mayor problema en el ámbito periodístico, caía dentro del protocolo, sino que también se da la relación de nombre con los números de identificación. Aquí esta el gran problema donde se puede visualizar un acto a todas luces contrario a la FMF, los jugadores, la UCLA y a la misma credibilidad del futbol mexicano en general.

A nivel internacional no es bien visto todo esto, acciones que son utilizadas para desvirtuar un protocolo son asimiladas como un acto descortés fuera de toda norma y si piensan (las autoridades antidopaje)  que fueron ejecutadas con la intención de sacar ventaja al revelar los nombres de los jugadores, entonces, la sanción será férrea para ellos primero y luego, quizá, para la Federación Mexicana de Fútbol. ¿Recuerdan el caso de los cachirules en los 80?

O sea, el beneficio de una sola persona (quien filtró el documento) es en perjurio de varios que deberán pagar por ello.  Donde otros recurren a la corrupción para obtener beneficios profesionales sin medir consecuencias. ¡Viva México!

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